Los centenares de cartas que el genial pintor Vincent escribió a su hermano Theo (publicadas en
1911, traducidas al francés en 1960) testimonian el pensamiento de uno de los artistas más grandes de todos los tiempos.
Si bien Vincent no vendió nunca un cuadro (quizá uno, casi regalado), estas palabras epistolares y, sobre todo, las pinceladas de sus lienzos nos muestran la genialidad de un alma bella, pero atormentada por las circunstancias.
La gran sensibilidad creativa y el anhelo verdadero de infinito del pintor le llevaron a una muerte inesperada, por arma de fuego (posiblemente, un suicidio), en la soledad más terrible del campo francés en 1890, cuando tenía sólo 37 años. Pero si hoy visitara un museo se sentiría, por fin, comprendido, agradecido e incondicionalmente amado.
Uno debe amar tanto como pueda, porque en el amor se encuentra la verdadera fuerza; el que ama mucho es capaz de realizar grandes cosas, y todo lo que se hace por amor está bien hecho. (...) Si amamos sinceramente lo que es digno de ser amado y no desperdiciamos el amor en cosas vanales e insignificantes, alcanzaremos, poco a poco, cada vez más luz y seremos más fuertes.
Vincent Van Gogh, Cartas a Theo, 1911
Si bien Vincent no vendió nunca un cuadro (quizá uno, casi regalado), estas palabras epistolares y, sobre todo, las pinceladas de sus lienzos nos muestran la genialidad de un alma bella, pero atormentada por las circunstancias.
La gran sensibilidad creativa y el anhelo verdadero de infinito del pintor le llevaron a una muerte inesperada, por arma de fuego (posiblemente, un suicidio), en la soledad más terrible del campo francés en 1890, cuando tenía sólo 37 años. Pero si hoy visitara un museo se sentiría, por fin, comprendido, agradecido e incondicionalmente amado.
Uno debe amar tanto como pueda, porque en el amor se encuentra la verdadera fuerza; el que ama mucho es capaz de realizar grandes cosas, y todo lo que se hace por amor está bien hecho. (...) Si amamos sinceramente lo que es digno de ser amado y no desperdiciamos el amor en cosas vanales e insignificantes, alcanzaremos, poco a poco, cada vez más luz y seremos más fuertes.
Vincent Van Gogh, Cartas a Theo, 1911
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