Mientras enseñaba ingeniería en Berlín, a principios del siglo XX, el austríaco Robert Musil escribió su primera novela, Las tribulaciones del estudiante Törless.
La obra trata sobre las desventuras de unos alumnos adolescentes en un internado militar.
El mundo sórdido en el que se ven obligados a aprender presenta una existencia sin objeto, una escolarización sin ideal educativo, sin humanidad ni esperanza.
La atmósfera del microcosmos del internado, inspirada en su propia experiencia, es precursor de la panorámica de su última e inacabada novela, El hombre sin atributos. "Todo progreso es un aumento de poder que termina en un progresivo aumento de la impotencia", dice en esa obra, en la que ensalza la idea de un "autor improductivo" (como en el Paludes de André Gide, sobre un personaje que quiere escribir un libro que nunca escribe).
Musil presenta en su literatura el fantasma de la crisis espiritual de la época del fin de los imperios y del inicio de nuevas utopías. Según el autor, la literatura europea es un intento de poner orden en el caos, de clasificar el mundo para identificar el caos.
De todas las cosas que durante el día hacemos en el colegio, ¿cuál es la que propiamente tiene un objeto? ¿Es que algo tiene objeto? Quiero decir en sí mismo, ¿entiendes?
Robert Musil, Las tribulaciones del estudiante Törless, 1906
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