Poet's Abbey (Blog de lecturas)


La mente bien ordenada

 


El pensador parisino Edgar Morin acuñó el término "pensamiento complejo" para referirse no sólo a la capacidad de conectar diferentes dimensiones de la realidad inabarcable, sino sobre todo de asumir la introducción de la incertidumbre ante la realidad, a partir de la crisis de la física en la ciencia del siglo XX.

Esta capacidad implica, por un lado, un reconocimiento de todo lo inacabado e incompleto del conocimiento humano, y por el otro, la aspiración a un saber no parcelado ni dividido.

La realidad es compleja: “los problemas esenciales nunca son parcelarios y los problemas globales son cada vez más esenciales” (p. 14).

En la escuela hay una falta de adecuación entre los saberes parcelados y los problemas reales. El sistema educativo reduce lo complejo a lo simple (no existe lo simple, sólo lo simplificado).

La misión de la educación es enseñar a comprender al ser humano, originar mentes bien ordenadas para afrontar la incertidumbre. Y esto es imposible sin la lectura atenta, profunda, de buenos libros.


La filosofía es ante todo una potencia de interrogación y de reflexión que versa sobre los grandes problemas del conocimiento y de la condición humana. (p. 28)


Conocer y pensar no es llegar a una verdad absolutamente cierta, sino que es dialogar con la incertidumbre. (p. 76)


Más que reprimir las curiosidades mentales que son propias de toda conciencia que se despierta, habría que partir de interrogaciones primarias: ¿Qué es el ser humano? ¿La sociedad? ¿El mundo? ¿La verdad? La finalidad de la “cabeza bien ordenada” está favorecida por un programa interrogativo que partiría del ser humano. (p. 101)


Edgar Morin, La mente bien ordenada, 2001

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