Poet's Abbey (Blog de lecturas)


La isla



La Isla, de Aldous Huxley fue publicada en 1962, un año antes de su muerte. Podemos decir que es un contrapunto a Brave New World (Un mundo feliz) de 1932. Ambas novelas abordan temas similares, pero con enfoques diferentes. Brave New World supone una crítica a la sociedad consumista y alienada a partir de una distopía futurista en la que la gente está controlada por la tecnología y la manipulación genética, mientras que La Isla presenta una utopía en la que se exploran temas de espiritualidad y libertad personal.

En la isla paradisíaca de Pala, la religión se considera algo impuro: "En religión todas las palabras son sucias." En lugar de adorar a deidades o seguir dogmas religiosos, los habitantes encuentran la espiritualidad a través de la práctica del yoga, que se considera el único ejercicio espiritual digno de ser practicado, una disciplina que permite a las personas conectar con su yo interior y alcanzar un estado de equilibrio y plenitud.

La sociedad retratada en La Isla aboga por la libertad y la indulgencia en los placeres terrenales. Los personajes son alentados a explorar su sexualidad sin restricciones y a satisfacer sus deseos sin culpas. Este enfoque se inspira en el mahayanismo, una corriente del budismo impregnada de tantra, que celebra la búsqueda del placer como una vía hacia la iluminación espiritual.

La natalidad es baja porque se promueve el uso de anticonceptivos. El control de la población es una parte integral de la sociedad y se evita la sobreexplotación de los recursos naturales. Además, la isla está libre de influencias externas, como el whisky, el calvinismo y las enfermedades de transmisión sexual, evitando así la interferencia de administradores extranjeros y las consecuencias negativas asociadas.

Un aspecto interesante es que no existe la maternidad como la conocemos. La figura de la madre se reduce a una función biológica y los niños son criados de manera colectiva. Esta visión desafía los roles tradicionales de género y pone énfasis en la crianza comunitaria y el cuidado colectivo. La clave de la educación es preguntarse: "¿Para qué son los muchachos?"

En resumen, esta novela nos presenta una sociedad utópica en la que las ideas religiosas convencionales son rechazadas, el yoga es valorado como una práctica espiritual, se promueve la libertad y los placeres terrenales, y se busca un equilibrio sostenible con el entorno natural.




Si uno es tantrista, no renuncia al mundo ni niega su valor; no trata de huir a un Nirvana alejado de la vida, como hacen los monjes de la escuela del sur. No, acepta el mundo y lo usa; usa todo lo que hace, todo lo que sucede, todas las cosas que ve y oye y gusta y toca, como otros tantos medios para su liberación de la cárcel del yo.


En Pala, después de tres generaciones de reformas, no existen feligresías sumisas ni Buenos Pastores eclesiásticos que las esquilen y las castren; no existen rebaños bovinos o porcinos, ni pastores autorizados, monárquicos o militares, capitalistas o revolucionarios, que las marquen, encierren y maten. Hay sólo asociaciones voluntarias de hombres y mujeres que recorren el camino a la plena humanidad.


Dada la naturaleza de las arañas, sus telas son inevitables. Y duda la naturaleza de los seres humanos, lo mismo sucede con las religiones. Las areñas no pueden dejar de construir trampas de hilos, y los hombres no pueden dejar de fabricar símbolos. Para eso está el cerebro humano: para convertir el caos de la experiencia dada en una serie de símbolos manejables.


Aldous Huxley, La isla, 1962



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