Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Así habló Zaratustra

 

El filósofo del martillo desafía convenciones y reflexiona sobre la condición humana en esta obra magistral, Así habló Zaratustra, un libro para todos y para ninguno. 

A través del personaje de Zaratustra (profeta y fundador de la antigua religión del zoroastrismo), Nietzsche presenta ideas revolucionarias sobre: el "superhombre" entendido como el "sentido de la tierra... el rayo que brota de la oscura nube que es el hombre" (primera parte); la "voluntad de poder" como la fuerza que impulsa a los individuos a buscar la autoafirmación, la superación y la realización de sus potencialidades (segunda parte); el "eterno retorno" como la idea de que toda la existencia, incluyendo nuestras vidas y experiencias, se repite infinitamente en un ciclo eterno(tercera parte); y la necesidad de trascender las convenciones culturales, morales y religiosas (cuarta parte)

Nietzsche explora temas como la transmutación de los valores, la libertad del espíritu y la búsqueda de una nueva perspectiva que permita una forma de vida más auténtica y plena.

Para ello, el espíritu humano debe sufrir tres transformaciones: primero en camello, luego en león y finalmente en niño. El camello simboliza la aceptación de las normas sociales. El león representa la rebelión contra esas normas, mientras que el niño simboliza la creatividad y la capacidad de crear nuevos valores tras la liberación de las imposiciones.

La obra, escrita en un estilo poético y alegórico, ofrece una visión audaz y desafiante de la existencia humana, cuestionando las creencias establecidas y proponiendo una filosofía que busca la plenitud y la afirmación vital por encima de todo lo demás.


¿No habéis oído hablar del hombre loco que en pleno día encendió una linterna y se puso a correr por la plaza pública gritando sin cesar: "¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!"? Como allí se encontraban muchos de los que no creían en Dios, provocó una gran risa. "¿Se ha perdido?", preguntó uno. "¿Se ha extraviado como un niño?", preguntó otro. "¿O se esconde? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Se ha ido de viaje?" Así gritaban y reían a carcajadas.


¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios? "Tú debes" se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice "yo quiero".


Yo no creería más que en un dios que supiese bailar.


El placer de ser rebaño es más antiguo que el placer de ser un yo.


Así habló Zaratustra, y abandonó su caverna, ardiente y fuerte como un sol matinal de oscuras montañas.


Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra, 1885

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