
Esta breve novela de Henry James invita a reflexionar sobre la tristeza de lo que pudo ser y nunca fue.
El pobre Winterbourne estaba divertido, perplejo y decididamente cautivado. Nunca había oído a una muchacha expresarse de ese modo (...) Sintió que por haber vivido tanto tiempo en Ginebra se había perdido muchas cosas; había perdido la costumbre del tono americano. Nunca, en efecto, desde que tuvo edad para darse cuenta de las cosas, se había encontrado con una joven americana de carácter tan acentuado cómo ésta.
El pobre Winterbourne estaba divertido, perplejo y decididamente cautivado. Nunca había oído a una muchacha expresarse de ese modo (...) Sintió que por haber vivido tanto tiempo en Ginebra se había perdido muchas cosas; había perdido la costumbre del tono americano. Nunca, en efecto, desde que tuvo edad para darse cuenta de las cosas, se había encontrado con una joven americana de carácter tan acentuado cómo ésta.
Henry James, Daisy Miller, 1878.
Comentarios