"Qué no daría yo por la memoria de que me hubieras dicho que me querías", dijo Borges. El deseo de amar y de ser amado es el sentimiento más profundo que puede experimentar un ser humano.
Sin embargo, el deseo de infinito no puede ser saciado por otra persona, finita y limitada, que puede ser una chica.
Esta sed trascendental sólo puede colmarse en un horizonte de amor más grande, según el poeta bohemio Rilke:
Esta es la paradoja del amor entre el hombre y la mujer: dos infinitos se encuentran con dos límites; dos infinitamente necesitados de ser amados se encuentran con dos frágiles y limitadas capacidades de amar. Y sólo en el horizonte de un amor más grande no se devoran en la pretensión, ni se resignan, sino que caminan juntos hacia una plenitud de la cual el otro es signo.
Rainer María Rilke (1894-1925)
Sin embargo, el deseo de infinito no puede ser saciado por otra persona, finita y limitada, que puede ser una chica.
Esta sed trascendental sólo puede colmarse en un horizonte de amor más grande, según el poeta bohemio Rilke:
Esta es la paradoja del amor entre el hombre y la mujer: dos infinitos se encuentran con dos límites; dos infinitamente necesitados de ser amados se encuentran con dos frágiles y limitadas capacidades de amar. Y sólo en el horizonte de un amor más grande no se devoran en la pretensión, ni se resignan, sino que caminan juntos hacia una plenitud de la cual el otro es signo.
Rainer María Rilke (1894-1925)
Comentarios