La magnífica novela histórica de Umberto Eco, ambientada en el siglo XIV, narra la investigación de unos crímenes en una abadía de los Apeninos ligures. El astuto franciscano Guillermo de Narkerville hace de detective para resolver el misterio y reconocer en el libro un arma sigilosa con la cual "la víctima se envenena sola, justo en la medida que quiere leer".
El libro permite varios niveles de lectura, desde el misterio detectivesco hasta la filosofía.
-¿Cómo habéis podido resolver -dije admirado- el misterio de la biblioteca observándola desde fuera, si no habíais podido resolverlo cuando estuvisteis dentro?
-Así es como conoce Dios el mundo, porque lo ha concebido en su mente, o sea, en cierto sentido, desde fuera, antes de crearlo, mientras que nosotros no logramos a conocer su regla, porque vivimos dentro de él y lo hemos encontrado ya hecho.
-¡Así pueden conocerse las cosas mirándolas desde fuera! (p. 202)
Umberto Eco, El nombre de la rosa, 1980
El libro permite varios niveles de lectura, desde el misterio detectivesco hasta la filosofía.
-¿Cómo habéis podido resolver -dije admirado- el misterio de la biblioteca observándola desde fuera, si no habíais podido resolverlo cuando estuvisteis dentro?
-Así es como conoce Dios el mundo, porque lo ha concebido en su mente, o sea, en cierto sentido, desde fuera, antes de crearlo, mientras que nosotros no logramos a conocer su regla, porque vivimos dentro de él y lo hemos encontrado ya hecho.
-¡Así pueden conocerse las cosas mirándolas desde fuera! (p. 202)
Umberto Eco, El nombre de la rosa, 1980
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