Toda la sabiduría humana se encierra en dos verbos: confiar y esperar. En estas dos palabras se podría resumir la magnífica obra del gran escritor francés Alejandro Dumas padre, que (con la ayuda invisible de Auguste Maquet) narra la historia de venganza y redención de Edmundo Dantés, un hombre bueno que es encarcelado injustamente. Sólo la esperanza y la confianza en un auténtico deseo de bien y de justicia pueden redimirle del destino cruel que le roba la juventud y la vida.
En la vida sólo hay una preocupación: la de la muerte. Y qué, ¿no os parece curioso estudiar de cuántas maneras puede el alma salir del cuerpo, y cómo, según los carácteres, los temperamentos y aun las costumbres del país, sufren los individuos ese supremo traspaso del ser a la nada? En cuanto a mí, os respondo una sola cosa: que mientras más he visto morir, más fácil me parece. La muerte será un suplicio, pero no una expiación. (p. 378)
Alejandro Dumas, El Conde de Montecristo, 1844
En la vida sólo hay una preocupación: la de la muerte. Y qué, ¿no os parece curioso estudiar de cuántas maneras puede el alma salir del cuerpo, y cómo, según los carácteres, los temperamentos y aun las costumbres del país, sufren los individuos ese supremo traspaso del ser a la nada? En cuanto a mí, os respondo una sola cosa: que mientras más he visto morir, más fácil me parece. La muerte será un suplicio, pero no una expiación. (p. 378)
Alejandro Dumas, El Conde de Montecristo, 1844
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