El escritor estadounidense, de jersey de cuello alto y coderas, es un maestro para crear personajes que buscan el sentido de sus vidas con esperanza pero sin fe. Tuvo una juventud muy intensa (escapó a Francia para evitar el reclutamiento de la guerra de Vietnam, trabajó en un petrolero, pasó hambre por dedicarse a la escritura...) y una madurez que le clavó al teclado para contarnos sus historias.
Los tres libros que forman esta trilogía mítica son relatos que, como un juego de espejos, invitan a la reflexión y al asombro ante la realidad de esa ciudad moderna en el siglo XX.
Las historias sólo suceden a quienes son capaces de contarlas.
Paul Auster, La trilogía de Nueva York, 1987
Los tres libros que forman esta trilogía mítica son relatos que, como un juego de espejos, invitan a la reflexión y al asombro ante la realidad de esa ciudad moderna en el siglo XX.
Las historias sólo suceden a quienes son capaces de contarlas.
Paul Auster, La trilogía de Nueva York, 1987
Comentarios