Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Pan



Knut Hamsun, el autor de Hambre, llevó una vida errante e intensa. Fue aprendiz de zapatero, carbonero, maestro de escuela, picapedrero, obrero, vendedor ambulante y un largo etcétera. Pero su pasión fue siempre la literatura.

Influido por la obra de Nietzsche, Dostoievski y Mark Twain, entre otros, el escritor escandinavo revela una mezcla original de naturalismo místico y de cinismo antropológico que presenta quizá la expresión más elevada de las letras noruegas modernas. 

En Pan, el autor narra la historia de un joven cazador que vive solo en una cabaña en el bosque porque ama la naturaleza. En verano tiene un romance apasionado con una fogosa adolescente. Pero su orgullo le impide conocerla y amarla de verdad. Y la pasión sin entrega caduca como las hojas en otoño.

En un momento de soledad en medio de la inmensidad del cielo y de la naturaleza salvaje de los bosques noruegos, el protagonista reza una oración que tiene poco de pagana:


...en medio de la Naturaleza el hombre no siente el ridículo y cuando miro a todas partes y me hallo solo, el ansia de brindar, en lugar de avergonzarme, me gana otra vez y se torna en pagana oración: 

"¡Gracias desde el fondo de mi ser -rezo- por las calladas noches, por las montañas violáceas en el crepúsculo, por el ruido del mar que repercute en mí cual si fuera yo roca viva; gracias por esta vida que no merecí, por el aliento que dilata mi pecho y por la gracia suprema de vivir esta noche, en que la presencia de Dios se siente en el aliento de la tierra y en el susurro de los árboles, y en el silencio de los animales, y en la atmósfera, y en el rutilar remoto de los astros... Gracias por dejarme percibir que la mano divina ha tejido con amor igual la vasta maravilla del mundo y el prodigio humilde de mi existencia... Gratitud infinita crezca en mí pro ver en el espejo de mis ojos el cabecear del bosque, la tela de araña, la rosa, la espina y el cielo; por escuchar la barca que entra en el puerto con acompasado remar, por ver la aurora boreal que ilumina el cielo hacia el Norte... Gracias, Señor, por haberme dado esta alma inmortal donde se representa el mundo creado por Ti y Tú mismo en tu infinita grandeza; gracias, en fin, por ser yo el que estoy sentado aquí, gozando el silencio sugeridor de ese espectáculo nocturno, cuya belleza incomparable pone casi lágrimas en los ojos y risa en los labios!".

Knut Hamsun, Pan, 1894

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