Esculpir en el tiempo es una colección de ensayos, reflexiones y notas que abordan la filosofía y la práctica cinematográfica de Andrei Tarkovski. El título refleja la idea central del ruso de que el cine, como cualquier forma de arte, es una escultura del tiempo.
En el libro, Tarkovski expone sus teorías sobre el cine como una forma única de arte que difiere de otras artes visuales y narrativas. Argumenta que el cine, al manipular el tiempo y el espacio de manera única, tiene el poder de capturar la realidad.
Tarkovski también aborda la importancia de la contemplación y la paciencia en la creación cinematográfica, así como su deseo de que el cine sea una forma de arte que busque la verdad y la revelación, en lugar de simplemente entretener. Además, reflexiona sobre su propia filmografía y comparte sus experiencias personales en la industria cinematográfica soviética.
Las ideas expresadas en estas páginas han influido significativamente en la teoría cinematográfica y continúan inspirando a cineastas y estudiosos del cine en todo el mundo.
Lo infinito está en lo concreto, y por eso sólo es comunicable en imágenes, no en conceptos abstractos.
... convertir el arte en ideología -subordinando la realidad artística a la transmisión de una idea-, o tener una excesiva preocupación por el estilo, o ponerlo todo en función del éxito, sean para él (el director) los grandes errores en que puede caer el cine.
El fracaso de un director, en muchas ocasiones, se debe a la ilimitada búsqueda, sin gusto alguno, de significado, de profundidad, al esfuerzo por dar a los actos humanos no el sentido que tienen, sino un sentido forzado, que al director le parece obligado.
Una imagen se puede crear y sentir, aceptar o rechazar, pero no se puede comprender en un sentido racional. La idea de lo infinito no se puede expresar con palabras bi siquiera se puede describir. Pero el arte proporciona esa posibilidad, hace que lo infinito sea perceptible. A lo absoluto sólo se accede por la fe y por la actividad creadora.
Lo bello queda oculto a los ojos de aquellos que no buscan la verdad.
Un hombre que ha perdido sus recuerdos, ha perdido la memoria, está preso en una existencia ilusoria. Cae fuera del tiempo y pierde así su capacidad de quedar vinculado al mundo visible. Lo que quiere decir que está condenado a la locura.
El llamado arte moderno es casi siempre una ficción y nada más, porque parte de la base errónea de que el método puede llegar a convertirse en el sentido y el objetivo del arte.
¿Qué es el arte? ¿Lo bueno o lo malo? ¿Procede de Dios o del diablo? ¿De la fuerza del hombre o de su debilidad? ¿Es quizá una prenda de la comunidad humana y una imagen de armonía social? ¿Es esa su función? Es algo así como una declaración de amor. Un reconocimiento de la propia dependencia de otros hombres. Es una confesión. Es un acto inconsciente, que refleja el verdadero sentido de la vida: el amor y el sacrificio.
Andréi Tarkovski, Esculpir en el tiempo, 1986
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