Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Un mago de Terramar

 


Ged es un muchacho con un gran don para la magia. Nace en Gont, una de las islas del archipiélago de Terramar, y asiste a la escuela de magia de Roke (que debió inspirar a J.K. Rowking). Allí da muestras de poseer un inmenso poder y un temperamento airado que le lleva a cometer el craso error de participar en un duelo mágico (ilegal) con Jaspe, que provoca la aparición de una criatura de las sombras que le ataca y le persigue aunque se gradúe y reciba su vara de mago.

Esta novela fantástica de Ursula K. Le Guin se suele considerar un bildungsroman, es decir, una novela de aprendizaje. Uno de los temas más destacados es el crecimiento personal y la responsabilidad de uno mismo. Ged no solo tiene que enfrentarse a enemigos externos, sino también a sus propios miedos y defectos. Ged tiene que aprender a lidiar con el poder, pues la misión sagrada de los magos es velar por el equilibrio fundamental del universo.

Ursula K. Le Guin destaca el principio del equilibrio en la naturaleza de la filosofía taoísta. En Terramar, la magia y la tierra están intrínsecamente ligadas, y el desequilibrio en el uso de la magia tiene consecuencias directas en el mundo natural. Este concepto refleja la noción taoísta del yin y el yang, donde la armonía proviene del equilibrio entre fuerzas opuestas. Ged aprende a respetar esta armonía a lo largo de su viaje, reconociendo que el poder debe ser utilizado con sabiduría y moderación para mantener el equilibrio esencial en la naturaleza, una lección que resuena con la filosofía taoísta de vivir en armonía con el flujo natural del universo.

Ged, orgulloso y temperamental, aprende la importancia de elegir cuidadosamente las palabras y entender su impacto. En Terramar, los nombres poseen un poder inherente, es decir, conocer y pronunciar el verdadero nombre de alguien o algo otorga control sobre ello. La palabra se considera una fuerza creativa que puede dar forma a la realidad.

La sociedad es preindustrial y diversa. La mayoría son del pueblo hárdico, de piel oscura y ojos negros. Pero también hay islas habitadas por los kargos, de piel blanca y ojos azules, que son como bárbaros invasores.

La historia refleja la idea de que las palabras no solo describen la realidad, sino que también tienen el poder de definirla y darle forma. Esta conexión entre la palabra y la creación resalta la noción taoísta de que el lenguaje y la expresión verbal son fuerzas fundamentales que influyen en el equilibrio y la armonía del mundo. Como en el Cratilo de Platón, las palabras no tienen un sentido aleatorio, sino que "el acto de nombrar permitiría el acceso completo a las cosas". Y en esta novela, "el que conoce el nombre de una criatura, tiene en sus manos la vida de esa criatura."

Además, Ursula K. Le Guin explora la dualidad entre el bien y el mal, alejándose de la representación simplista. A lo largo de la obra, la autora enfatiza la idea de que las fronteras entre el bien y el mal son difusas y que cada individuo lleva consigo tanto aspectos luminosos como sombríos.

Mientras que Tolkien construyó un mundo donde la lucha entre el bien (representado por personajes como Frodo y Gandalf) y el mal (encarnado en Sauron y sus seguidores) es más claro y definido, Le Guin opta por una representación más ambigua. La novela sugiere que el mal no reside solo en fuerzas externas, sino que también puede encontrarse dentro de uno mismo y debe ser comprendido y reconciliado. Ged experimenta con el lado oscuro de la magia y debe enfrentarse a las consecuencias de sus acciones. 

En esta obra, el mal no se encuentra en los poderes oscuros, como el dragón y la piedra del Terrenón, sino en las acciones humanas contrarias al equilibrio de la naturaleza. Esto se opone a las historias occidentales donde la luz y la oscuridad, el bien y el mal, se consideran fuerzas opuestas en conflicto eterno. Ged entiende que no se puede acabar con el mal, sino elegir el camino del bien y dejar de negar la muerte y las sombras.


Sabía que en aquella insondable y polvorienta tarea de aprender el nombre verdadero de cada lugar, cada cosa y cada criatura, residía el poder ambicionado, como una gema en el fondo de un pozo seco. Porque en eso consistía la magia, conocer el nombre verdadero de cada cosa.


Mas no transformarás una sola cosa, un guijarro, un grano de arena hasta que no sepas cual será el bien y el mal que resultará. El mundo se mantiene en Equilibrio. el poder de Transformación y de Invocación de un mago pueden romper ese equilibrio. Tiene que ser guiado por el conocimiento y servir a la necesidad. Encender una vela es proyectar una sombra.

To light a candle is to cast a shadow.


Ursula K. Le Guin, Un mago de Terramar, 1968

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