El escritor barcelonés Jaume Cabré presenta una historia avasalladora para el lector atento, pues tiene unos personajes extraños e inquietantes que se mueven como polillas en la oscuridad de la noche, desorientados y atraídos por el peligro de la luz de la bombilla y de los lagartos que acechan alrededor.
El título y la estupenda cubierta del libro hacen referencia al preludio o "incipit", en el que el protagonista se retrata como una polilla o mariposa nocturna que se quema al acercarse demasiado a la luz de la bombilla o que acaba, por estúpida, en el vientre de un lagarto. Todo es muy elocuente, pues nos creemos lagartos y sólo somos polillas ignorantes y desmemoriadas.
El estilo complejo de esta breve novela, que alterna la historia de Ismael en su lucha por recuperar la memoria después del accidente con la historia de unos jabalís en la niebla, nos hace sentir, precisamente, como mariposas de noche, demasiado perdidas para entender lo que sucede hasta el final, cuando la realidad se acaba imponiendo.
El protagonista, Ismael, como el de Moby Dick, tiene una relación extrañísima con una antigua vecina que un día encuentra por azar. Más tarde, sufre un accidente en el coche de un antiguo conocido del instituto. Pierde la memoria, consumido por el fuego, como una triste polilla que baila en la oscuridad un lied de Richard Strauss.
L'Ismael era un nàufrag, com el seu il·lustre antecessor, però sense passat, sense fusta enmig de l'onatge, sense balena per empaitar però envoltat de taurons d'aparença amable que, per la raó que fos, encara no l'havien devorat. Però el que l'omplia de pànic era que ignorava tot el context. Encara agafava el batent, mirant d'assimilar el que veia. (p. 73)
Jaume Cabré, Consumits pel foc, 2021
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