Poet's Abbey (Blog de lecturas)


La República


 

ANILLO DE GIGES

En La RepúblicaPlatón, a través de su hermano Glaucón, relata el mito del anillo de Giges, un pastor que encuentra un anillo que lo hace invisible. Al descubrir que puede actuar sin ser visto ni castigado, Giges asesina al rey y toma el poder. Glaucón plantea una inquietante idea: si todos tuvieran ese anillo, nadie actuaría con justicia, porque la gente solo es buena por miedo al castigo. Según esta visión pesimista, la justicia es una apariencia social, no una elección moral sincera. Esta postura recuerda a la del filósofo Thomas Hobbes, quien creía que sin leyes ni autoridad (lo que él llamaba el "estado de naturaleza"), los humanos vivirían en una guerra constante de todos contra todos.

Sin embargo, Platón no está de acuerdo con Glaucón. A través de Sócrates, defiende que la justicia no es solo un acuerdo externo, sino una armonía interna del alma. Para Platón, actuar injustamente —aunque nadie lo vea— es una forma de corromperse a uno mismo. La verdadera ética nace del interior, no del temor al castigo. El anillo de Giges pone a prueba la integridad de las personas: ¿elegimos el bien porque es bueno o solo porque nos miran? 

Esta pregunta resuena en la teoría moderna del velo de la ignorancia de John Rawls, quien sostiene que para construir una sociedad justa, debemos imaginar que no sabemos qué posición ocuparemos en ella. Así, como con el anillo, debemos decidir sin saber si seremos poderosos o débiles, y eso revela nuestra verdadera moral.

¿Tú qué harías si tuvieras un anillo como el de Giges? ¿Cambiaría tu comportamiento si nadie pudiera verte?


LA CAVERNA

La imagen de la caverna está relacionada con el valor, según Simone Weil, pues estamos encadenados y "aceptamos los valores falsos que se nos aparecen y cuando creemos actúas, en realidad, estamos inmóviles, porque estamos en el mismo sistema de valores", dice ella en La gravedad y la gracia.

El mismo libro que recoge el mito de la caverna como símbolo de la educación crítica ofrece una enseñanza perversa: la censura de obras musicales y poéticas. 


POLÍTICA

El libro tercero (que algunos han definido como un manual de dictadores) afirma que en una sociedad ideal no hay espacio para poetas y músicos. El Estado justo no puede existir en ninguna parte, excepto donde haya hombres justos. Parece ser que los poetas y los músicos no lo son.

La educación debería inculcar sobre todo seriedad, decoro y valor, para el filósofo, pero no música ni poesía, porque de alguna manera corrompen a los jóvenes.

Platón es partidario de la censura sobre la literatura y la música. Así, grandes autores como Homero y Hesíodo han de ser prohibidos por presentar a dioses frívolos e historias nada edificantes. De hecho, en su último diálogo, Las leyes, propone una especie de policía poética para censurar: "El poeta no podrá componer nada que contradiga lo que la ciudad considera legal, justo, bello o bueno."

En La República se establecen cuatro potencias principales o virtudes cardinales:


1. Phrónesis (prudencia): sabiduría práctica, con la razón.

2. Andria (fortaleza): resistencia, sobreponerse a los obstáculos.

3. Sophorosyne (templanza): dominar los impulsos.

4. Diakoisyne (justicia): dar a cada uno lo que le corresponde e indignarse contra lo injusto.


Platón, La República, 370 a.C.

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