Poet's Abbey (Blog de lecturas)


El poder y la gloria

El primer libro que leo en 2012 es una recomendación de Father Bernard, un sacerdote anciano de Colorado que ha vivido muchos años en Sudamérica entre los más pobres. Su capacidad de escuchar y su gran humanidad le hacen una persona inteligente y entregada. Tiene un mundo a sus espaldas por todo lo que ha leído y vivido. Le encanta Graham Greene y, a veces, se atreve a citarlo en los sermones. Me gustan los sacerdotes que, desde el púlpito, hablan de poetas y escritores.

El poder y la gloria es su obra preferida de Graham GreeneLa novela muestra cómo la gracia puede actuar en medio de la miseria humana. No es un premio a la perfección, sino un regalo inmerecido a quien, aun roto, se deja alcanzar.

El protagonista es un pobre cura borracho e infiel, que reniega de su credo durante la persecución a los religiosos en la terrible guerra cristera de México, en la década de 1930.  Le llaman "whisky priest" (el sacerdote del whisky), y se encuentra en una lucha interna mientras intenta escapar de las autoridades que buscan su captura.

El Estado ha dictaminado a los sacerdotes católicos la obligación de renegar de la fe y casarse, bajo pena de muerte. Más de un cura se ve obligado a vivir con una mujer para salvar su pellejo. Pero el protagonista, que se ha escondido, no quiere acabar así y decide retomar su camino.

A pesar de su indignidad, es a través de él que Dios sigue tocando vidas. Su regreso para confesar a un moribundo, sabiendo que puede ser una trampa, no es heroico sino fiel: una obediencia interior a una Presencia que lo mueve. La fuerza del sacramento va más allá de las manos de quien lo administre.

La figura del teniente que lo persigue también revela una grieta interior: busca justicia, pero se topa con una misericordia más grande que lo desconcierta. En contraste con la ley que castiga, el sacerdote encarna una justicia que salva.

El amor del cura por su hija (nacida de una relación pecaminosa) lo confronta con su propia debilidad, pero también despierta en él una compasión más amplia. Greene sugiere que incluso desde el pecado puede brotar un camino hacia la verdad, si se deja transformar por la gracia.

El poder y la gloria no es una novela que revela con crudeza y ternura cómo Cristo entra en la carne herida del hombre. No se exalta el moralismo, sino la humilde necesidad de redención. Esta historia nos enseña a no hundirnos en nuestras miserias, porque es justo ahí donde la gracia puede actuar. El amor de Dios alcanza incluso a quienes se sienten perdidos.



Es asombrosa la sensación de inocencia que acompaña al pecado; sólo las personas rígidas y minuciosas y los santos no la conocen. Todas esas gentes salían de la cuadra limpios de alma; él era el único que no se había arrepentido ni confesado, y que no había sido absuelto. Hubiera querido decir a este: "El amor no es malo, pero el amor tiene que ser feliz y visible; solo es malo cuando es oculto y desdichado... Puede llegar a ser más desdichado que ninguna otra cosa en el mundo, exceptuando el infortunio de perder a Dios. En cierto modo, es perder a Dios.


Graham Greene, El poder y la gloria, 1940

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