Poet's Abbey (Blog de lecturas)


La anunciación a María

En la fría Nochebuena de 1886, un joven de dieciocho años se encontró con la fachada de la catedral de Notre-Dame de París, que se mostraba majestuosa bajo la suave nieve. El chico llevaba muchos años sin pisar una iglesia. Había sufrido las doctrinas moralistas católicas y había rechazado, en su temprana adolescencia, a un dios castigador y cruel. Pero algo fue lo que le llevó a cambiar de rumbo y entrar en Notre-Dame aquella noche tan especial.

Sentado en el último banco, Paul Claudel se quedó unos momentos contemplando el interior de la catedral, y poco a poco, con el rezo solemne de las Vísperas, se asomó en el abismo interior de su propia alma. Cuando se recitaba el Magníficat, "se produjo el acontecimiento que ha dominado toda mi vida", y tuvo una revelación inefable. La fe es un acontecimiento, no un posicionamiento ideológico o un recuerdo emotivo.


Esta obra de teatro de Claudel narra la historia de una chica bellísima, Violane, que enferma de lepra y da la vida por amor. Su entrega total contrasta con la visión moralista de la vida que tiene su hermana Mara. Se podría leer la obra bajo el prisma de la capacidad de elegir entre la humanidad de una mujer que da su vida por amor (Violane) y la soberbia de otra mujer que condena, con su actitud, a los demás (Mara).


VIOLANE: La vida acaba, pero no la muerte, en la que ya estoy.

MARA: ¡Hereje! ¿Estás segura de tu salvación?
VIOLANE: Lo estoy de su bondad, que vela.
MARA: Ya vemos las arras.
VIOLANE: Tengo fe en Dios, quien me ha señalado mi parte.
MARA: ¿Qué sabes tú de lo que es invisible y que nunca se manifiesta?
VIOLANE: Él no me resulta más invisible que lo demás. (p. 110)

Paul Claudel, La anunciación a María, 1938


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