El escritor alemán Walter Benjamin se suicidó en Portbou, en 1940, poco después de que la policía española le interceptara en un grupo de judíos que intentaban huír de la locura nazi en Francia.
Su relato La muerte del padre me ha dejado KO. "La novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knockout", como decía Cortázar. Así es este cuento. Es un terrible gancho de izquierda. No puedo levantarme del sillón. El libro me pesa lo indicible en las manos. Tengo naúseas y dolor de cabeza.
Acabo de leer la historia de un hombre que va al funeral de su propio padre con una indiferencia tan vergonzoa que sucede algo (no lo voy a desvelar aquí).
En el momento de echar un puñado de tierra sobre la fosa del padre, le vino a la mente la relación existente entre la oración fúnebre, la fila interminable de conocidos y su propio aturdimiento. "Todo esto es frecuente. Es lo normal." Cuando se alejó de la tumba, confundido entre la triste comitiva, su íntimo dolor se había ya convertido en algo sobrentendido y su rostro rebosaba indiferencia.
Walter Benjamin, La muerte del padre, siglo XX
Su relato La muerte del padre me ha dejado KO. "La novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knockout", como decía Cortázar. Así es este cuento. Es un terrible gancho de izquierda. No puedo levantarme del sillón. El libro me pesa lo indicible en las manos. Tengo naúseas y dolor de cabeza.
Acabo de leer la historia de un hombre que va al funeral de su propio padre con una indiferencia tan vergonzoa que sucede algo (no lo voy a desvelar aquí).
En el momento de echar un puñado de tierra sobre la fosa del padre, le vino a la mente la relación existente entre la oración fúnebre, la fila interminable de conocidos y su propio aturdimiento. "Todo esto es frecuente. Es lo normal." Cuando se alejó de la tumba, confundido entre la triste comitiva, su íntimo dolor se había ya convertido en algo sobrentendido y su rostro rebosaba indiferencia.
Walter Benjamin, La muerte del padre, siglo XX
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