En el lecho de muerte, el filósofo francés continuó escribiendo hasta el final. Como en la obra maestra El entierro del conde de Orgaz, del Greco, personajes singulares acompañan al hombre que se despide de un mundo para entrar en otro.
-La religión natural es una ascensión del hombre hacia Dios. Propone una autorrealización del hombre. Dios es una meta, como la cima de una montaña es una meta para el alpinista.
-¿No se encuentra eso también en el cristianismo? ¿No habla san Juan de la Cruz de La subida al monte Carmelo?
-Es verdad, Bergson. Aunque en el cristianismo Dios se impone. No significa que nos tiranice, pero sí entra en nuestra vida sin pedirnos permiso. Querríamos organizar tranquilamente nuestra subida al cielo. Dios se permite bajar del Cielo a la Tierra.
-Es mejor, ¿no?
-Nada de eso. Estoy muy enfadado con la conducta de Dios. No le pedía yo tanto. Hace demasiado. No se queda en su sitio. No juega su papel.
Jean Guitton, Mi testamento filosófico, 1997
Pintura: El Greco, El entierro del conde de Orgaz, 1588
-La religión natural es una ascensión del hombre hacia Dios. Propone una autorrealización del hombre. Dios es una meta, como la cima de una montaña es una meta para el alpinista.
-¿No se encuentra eso también en el cristianismo? ¿No habla san Juan de la Cruz de La subida al monte Carmelo?
-Es verdad, Bergson. Aunque en el cristianismo Dios se impone. No significa que nos tiranice, pero sí entra en nuestra vida sin pedirnos permiso. Querríamos organizar tranquilamente nuestra subida al cielo. Dios se permite bajar del Cielo a la Tierra.
-Es mejor, ¿no?
-Nada de eso. Estoy muy enfadado con la conducta de Dios. No le pedía yo tanto. Hace demasiado. No se queda en su sitio. No juega su papel.
Jean Guitton, Mi testamento filosófico, 1997
Pintura: El Greco, El entierro del conde de Orgaz, 1588
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