Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Doña Perfecta




Ella es una tirana que vive en Orbajosa (pueblo castellano inventado por el escritor canario) y quiere casar a su hija Rosario con su sobrino Pepe, que viene desde Madrid como ingeniero. Pero cuando le conocen, el cura, don Inocencio, y Doña Perfecta (los nombres podrían ser relevantes: el cura es un inocente, un ingenuo, y la mujer una perfeccionista) no le ven con buenos ojos y se echan para atrás con la idea de casarle con Rosario. Sin embargo, los dos jóvenes desobedecen los dictados de sus progenitores y se enamoran.

En este fragmento, Pepe profetiza un cambio de época, hoy en día muy vigente, en el que la gente da la espalda a la religión reducida a superstición y moralismo, a la ciencia que se petrifica en rutina de laboratorio, y al arte que se amanera y pierde todo su sentido y valor incluso dentro de los museos.


Pero no es culpa que la ciencia esté derribando a martillazos un día y otro tanto ídolo vano, la superstición, el sofisma, las mil mentiras de lo pasado, bellas las unas, ridículas las otras, pues de todo hay en la viña del Señor. El mundo de las ilusiones, que es como si dijéramos un segundo mundo, se viene abajo con estrépito. El misticismo en religión, la rutina en la ciencia, el amaneramiento en las artes, caen como cayeron los dioses paganos, entre burlas. Adiós, sueños torpes: el género humano despierta y sus ojos ven la realidad. (p. 39)

Benito Pérez Galdós, Doña Perfecta, 1876

Comentarios