Amal es un niño enfermo que se está muriendo. Se pasa el día asomado a la ventana, convaleciente, para hablar con las personas que van pasando, como una niña llamada Sudha. Amal conversa con los demás y les enseña, con gran inocencia, que pueden ser felices en su realidad cotidiana. La felicidad no está en los deseos inalcanzables, sino en la experiencia con la realidad del día a día. La inocencia, y no la ingenuidad, es una esperanza para ese pueblo.
La construcción de una nueva oficina de correos al lado de casa le permite soñar con convertirse en el cartero del rey. Y le prometen que vendrá el rey en persona a verle. Pero Amal muere cuando Sudha llega con flores.
Me has enseñado a ser feliz vendiendo quesitos.
Rabindranath Tagore, Dak Ghar (The post office), 1912
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