A veces, no escuchamos la voz de la conciencia y la ambición o la soberbia se imponen. Entonces caemos en el error, hasta que el remordimiento alcanza a corroer la conciencia y demostrar que estábamos equivocados.
Macbeth es un general escocés que, instigado por las profecías de unas brujas y la ambición de su esposa, Lady Macbeth, asesina al rey Duncan para tomar el trono. Este crimen desencadena una cadena de eventos que llevan a Macbeth a una espiral descendente de paranoia y brutalidad.
El tema central de la obra es la exploración de la moral y la conciencia. Macbeth comienza como un héroe honorable, pero a medida que cede ante la ambición y la sed de poder, su conciencia se ve afectada por la culpa y la angustia.
Macbeth elige seguir un camino autodestructivo, influenciado por sus propias decisiones y por las fuerzas sobrenaturales que actúan en su contra. La fatalidad no está determinada por fuerzas externas, sino que surge de la libre elección y la responsabilidad personal.
Esta gran obra de teatro pone de manifiesto la fragilidad de la moralidad individual y la importancia de la libertad de elección en la determinación del destino.
La caída de Macbeth destaca cómo las acciones inmorales pueden erosionar la libertad interna y llevar a la perdición moral. Macbeth llega a desear no haber nacido, pues su conciencia le muerde sin piedad por haber cometido un acto inmoral y terrible.
La tragedia más corta de Shakespeare presenta en el escenario la condición humana hundida en la inversión de valores que anuncian las brujas en el primer acto: "lo bello es feo, y lo feo es bello".
La conquista de la autonomía moral es una quimera: para coronarse rey de Escocia basta con violar la propia conciencia y asesinar al monarca Duncan, que duerme en el palacio de Macbeth. Él quiere convencerse a sí mismo de que matar gente no es mala idea, no debería tener mayor trascendencia que arrancar descuidadamente una brizna de hierba. Sin embargo, la conciencia les reconcome: "Todavía siento el olor de la sangre". El acto inmoral implica la insoportable deshumanización.
Life's but a walking shadow, a poor player
that struts and frets his hour upon theistage,
and then is heard no more. It is a tale
told by an idiot, full of sound and fury,
signifying nothing.
La vida no es más que una sombra en marcha; un mal actor
que se pavonea y se agita una hora en el escenario,
y después no vuelve a saberse de él: es un cuento
contado por un idiota, lleno de ruido y de furia,
que no significa nada.
William Shakespeare, Macbeth, 1606
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