Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Robinson Crusoe


El año más feliz de los 35 que Robinson Crusoe pasó en la isla desierta fue el que conoció a un pobre caníbal al que bautizó como Friday (viernes fue el día del acontecimiento del encuentro con él) y al que hizo su amigo. 

Todos sus problemas éticos comienzan cuando encuentra la huella de un pie humano en la arena de la playa. Ya no se trata sólo de sobrevivir en lo salvaje, sino en empezar a vivir humanamente. Porque lo que humaniza es el Otro. Lo que nos hace humanos son las relaciones con los demás, que nos dignifican o nos animalizan.


La huella en la arena es la promesa de la proximidad de otro hombre. El encuentro con el Otro le cambia por completo su mundo. Es significativo que al anglicano no le basta la soledad de su Biblia para conocer a Dios, que necesita al Otro. 

Aunque se dice que el autor inglés se inspiró en la historia real del náufrago escocés Alexander Selkirk, que estuvo cuatro años solo en una isla desierta desde 1703, la verdad es que hay otro marinero, injustamente menos conocido, que en 1526 naufragó y estuvo ocho años solo en una isla. Era español y se llamaba Pedro Serrano.




This was the happiest year I had spent on the island. Friday began to speak English very well (...). Friday was very clever and asked me many questions about my religion. To answer his questions, I had to learn and think a lot myself. And I saw how lucky I was. My life on the island had helped me to know God. And now I was helping a poor cannibal to know God too.

Daniel Defoe, Robinson Crusoe, 1719

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