La filosofía que no respeta la capacidad de conocimiento de los sentidos es tan abstracta que no tiene cuerpo. Según Nietzsche, todo depende de la mirada subjetiva, de la relatividad misma del sujeto. Acaso sólo existen las distintas interpretaciones que hacemos sobre aquello que ha sucedido.
De acuerdo con Thibon, lector de Nietzsche, si reemplazamos la palabra "superhombre" o "sobrehumano" por "Dios", tenemos unas percepciones místicas del término.
En esta obra, el filósofo alemán se arma con pura dinamita y clama:
Hemos quitado de en medio el mundo verdadero; ¿qué mundo ha quedado? ¿quizás el aparente?... ¡Pero no! ¡Con el mundo verdadero hemos eliminado también el aparente!
Friedrich Nietzsche, Crepúsculo de los ídolos, 1889
Hemos quitado de en medio el mundo verdadero; ¿qué mundo ha quedado? ¿quizás el aparente?... ¡Pero no! ¡Con el mundo verdadero hemos eliminado también el aparente!
Friedrich Nietzsche, Crepúsculo de los ídolos, 1889
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