Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Bebo, luego existo

Una copa de vino al día es un placer exquisito. Es bueno para la salud del cuerpo y sobre todo del alma. No hay mejor acompañamiento que el vino cuando se trata de filosofar, de beber pensando, de pensar bebiendo, como nos enseña Roger Scruton en este breve y divertido ensayo. 

Aconseja beber un rosado ligero con el Fedro de Platónun crianza de la Rioja para Leibniz... y agua para la Metafísica de Aristóteles, alquitrán para Berkeley...

¿Qué tiene el vino que lo distingue definitivamente de las drogas? Chesterton responde que "el dipsomaníaco y el abstemio están ambos equivocados, y además cometen el mismo error. Considera el vino como una droga, no como una bebida." La bebida del vino, desde los antiguos griegos hasta nuestros días, supone un valor sagrado de civilización y humanidad. In vino veritas.



El Rioja es una invención francesa. Aunque las viñas han crecido en esta hermosa región desde tiempo inmemorial, la idea de cultivarlas adecuadamente sólo arraigó cuando la epidemia de filoxera destrozó los viñedos de Burdeos y los cultivadores se trasladaron al sur.


La bebida en exceso puede parecer un acto comunitario, cuando en realidad es un acto de soledad colectiva, no gobernada por Baco, sino por Narciso.


Las bebidas con efecto depresivo -por ejemplo, el agua- se tienen que tomar en pequeñas dosis y solamente por motivos de salud.


...la botella de plástico, el mayor desastre ambiental desde el descubrimiento de los combustibles fósiles.


Roger Scruton, Bebo, luego existo, 2011

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Definitivamente una muy buena frase extraida de la biografía de Platón, jejeje pero compuesta de forma ingeniosa.
Saludos!