Poet's Abbey (Blog de lecturas)


El gallo de Sócrates



Justo antes de cumplir la injusta condena y morir envenenado por la cicuta, el filósofo Sócrates pidió a Critón un gallo para Asclepio, el dios de la medicina. Las últimas palabras del gran ateniense que cambió para siempre la historia del mundo (sin él no habría Platón ni Aristóteles) fueron tan misteriosas como el oráculo de Delfos. ¿Eran un chiste para despedirse de la "enfermedad" que puede llegar a ser la vida? ¿Eran una ironía para señalar la superioridad del alma sobre el cuerpo? ¿Eran un signo de respeto a la religión oficial? 

El discípulo, que no quería contradecir a su maestro, corrió a sacrificar uno al dios Asclepio, y, según este cuento de Clarín, se encontró con el gallo del corral del sofista Gorgias.

El diálogo entre el discípulo y el animal es desternillante, y tan breve como este cuento del autor de La Regenta.


El que demuestra toda la vida, la deja hueca. Saber el porqué de todo es quedarse con la geometría de las cosas y sin la sustancia de nada. Reducir el mundo a una ecuación es dejarlo sin pies ni cabeza.

Leopoldo Alas Clarín, El gallo de Sócrates, 1901

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