"Cuando te levantes por la mañana, piensa en el privilegio de vivir, respirar, pensar, disfrutar, amar". Esta obra filosófica, escrita por el emperador romano Marco Aurelio durante sus campañas militares, es un conjunto de pensamientos sobre la condición humana desde el prisma de la sabiduría estoica.
Las meditaciones son anotaciones personales donde el emperador reflexiona sobre la virtud, la moralidad, la brevedad de la vida y la importancia de mantener la calma en medio de las adversidades.
Marco Aurelio aborda temas relacionados con la filosofía estoica, que aboga por la aceptación serena de las circunstancias y la autodisciplina. Su vida atribulada como emperador y como hombre acabó por culpa de la viruela en el año 180 en una tienda de campaña militar en la frontera del Danubio, en plena guerra. Su muerte significó el fin de la Pax Romana, la época de mayor prosperidad del imperio.
Esta obra puede compararse con las Confesiones de Agustín de Hipona, pues la sabiduría nace de un viaje hacia el interior y de una búsqueda de la verdad.
La obra se estructura en doce libros, y cada uno de ellos ofrece pensamientos profundos sobre diversos aspectos de la vida y la conducta ética (aquí incluyo el número del libro y de la anotación):
1.4. De mi bisabuelo, (aprendí) el no haber frecuentado escuelas públicas y haberme proveído de buenos maestros en casa, bien persuadido que en este particular es menester gastar asiduamente.
2.13. Nada más infeliz que el hombre que lo inquiere todo girando de aquí para allá...
5.34. Puedes encauzar felizmente tu vida, si sabes proceder con rectitud, si sabes pensar y obrar según razón.
5.36. El hombre feliz es el que labra una buena fortuna; y una buena fortuna no consiste en otra cosa que en las buenas inclinaciones del alma, los buenos deseos y las buenas acciones.
6.54. Lo que no es útil a la colmena, no lo es tampoco a la abeja.
7.69. La perfección moral lleva consigo que se viva cada día como si fuera el último, sin apresurarse ni amilanarse ni obrar con ficción.
9. Cuando choques con la insolencia de alguno, pregúntate al instante: "Pues qué, ¿es posible acaso que deje de haber insolentes en este mundo? No puede ser. (...) Pues apenas te acuerdes de que es imposible (...), empezarás a ser más indulgente.
10.16. No discutas ya más en adelante lo que debe ser un hombre de bien, sino procura serlo realmente.
11.16. El alma tiene en su mano el poder vivir una vida perfectamente feliz, si permanece indiferente acerca de las cosas indiferentes.
Marco Aurelio, Meditaciones, 180
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