Bach es un joven estudiante de magisterio que llega a Falun (Suecia) para aprender en la facultad de la Universidad de Dalarna y en la escuela de primaria gracias a una beca de estudios.
Bach busca la verdadera libertad y la belleza que ofrecen los lagos y los bosques de Dalarna, tan lejos de su mundo. Sin embargo, es el encuentro inesperado e irrepetible con personas concretas lo que conmueve su corazón y se abre a la realidad total de lo que acontece.
La cafetería de la facultad de Högskolan Dalarna se llena de chocolate caliente y jerséis de lana y cabellos rubios. Los estudiantes repasan la última clase con los apuntes en la mesa entre tazas humeantes y kanelbulles dulcísimos. Hay también simpáticas chocolatinas llamadas «Tarragona», de la marca sueca Cloetta.
Algunos profesores charlan con sus alumnos. María, nuestra profesora de didáctica, que es clavada a la pedagoga italiana María Montessori, me saluda con una sonrisa amable –diría que cómplice– desde la distancia.
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La ventana empañada desvela que es de noche a las tres de la tarde en Falun. Afuera los copos van formando lentamente un camino blanco, imposible para las bicicletas y las prisas. Hay que caminar despacio por la nieve, como si no quisiéramos mancharla.
Breo Tosar, Rojo de Dalarna (Canción de Nieve I), 2024
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