Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Navegar es preciso

 



Durante una crisis de escasez de trigo en Roma, el general Pompeyo fue encargado de asegurar el suministro desde regiones lejanas. Al enfrentar una gran tormenta, sus marineros se negaban a zarpar por temor a morir en el mar. Fue entonces cuando Pompeyo pronunció esta frase legendaria, subrayando que el deber —en este caso, abastecer a Roma— era más importante que la vida misma: “Navegar es necesario; vivir no es necesario”. Esto lo recoge Plutarco en su Vida de Pompeyo

Esta sentencia, retomada siglos después por Fernando Pessoa, se transforma en una declaración existencial: hay ideales —crear, servir, cumplir un propósito— que están por encima del instinto de sobrevivir. Triste es, entonces, una vida que no se entrega a algo mayor que ella. Porque la vida no es búsqueda de placer, seguridad o bienestar, sino entrega a algo superior a nosotros mismos. Una vida ética es una vida digna.

 

Navegantes antiguos tenían una frase gloriosa:

“Navegar es preciso; vivir no es preciso.”

Quiero para mí el espíritu de esta frase, transformada

la forma para casarla con lo que yo soy: 

vivir no es necesario; lo necesario es crear.

No espero disfrutar mi vida; ni en gozarla pienso.

Sólo quiero tornarla grande, pese a que para eso

tenga que ser mi cuerpo y mi alma la leña de ese fuego.

Sólo quiero tornarla de toda la humanidad; pese a que para eso

tenga que perderla como mía.


Fernando Pessoa, Navegar é preciso, s. XX

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