Abel Sánchez narra la relación de dos hombres cuyas vidas quedan marcadas por una rivalidad que nace en la juventud y se prolonga a lo largo de los años. La novela explora cómo esa obsesión oculta va transformando al protagonista hasta convertir su vida interior en el verdadero escenario del conflicto.
Unamuno recrea el mito bíblico de Caín y Abel a partir de la historia de dos hombres que se consideraban amigos, como Abel y Joaquín.
En última instancia, la obra puede leerse como una meditación sobre cómo la envidia puede devorar la libertad interior y oscurecer la vida. Frente a ello, propone de algún modo reconocer nuestras pasiones, asumirlas y evitar que el resentimiento determine nuestras decisiones.
En la última página, he subrayado:
La vejez egoísta no es más que una infancia en que hay conciencia de la muerte. El viejo es un niño que sabe que ha de morir.
Miguel de Unamuno, Abel Sánchez, 1917

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