Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Asesinato en la catedral


El hombre terco, decidido a la destrucción de sí mismo, cree que todas las cosas son irreales, y "pasa de irrealidad en irrealidad" (p. 39). Negar la realidad de la vida llega a una existencia vanal, regida por el peso de la ideología. 

El autor norteamericano T.S. Eliot escribió, en una Europa que sufría los primeros coletazos del fascismo, esta maravillosa obra de teatro sobre el martirio del arzobispo Thomas Becket en la catedral de Canterbury en 1170. Se podría leer como la defensa de la verdad ante el fanatismo de las ideologías dominantes. 

El pasado viernes (día 13 de noviembre de 2015), ochenta años más tarde de la creación de esta obra, Europa sufre la ideología del fanatismo islamista que se acaba de cebar en el corazón de Francia. ¿Quién de los jóvenes inocentes que bailaba en la sala de conciertos iba a pensar que aquella noche iba a ser su última noche? ¿Por qué insistimos en vivir como si la muerte no tuviera que ver con nosotros? ¿En nombre de qué, de quién, se inmolan y matan los malditos terroristas?

 

SACERDOTE TERCERO:
¿Qué día es el día que conocemos ya, cuya llegada se teme o acaso se desea?
Cada día es el día que hubiéramos de temer o desear acaso. Un momento pesa igual que otro. Sólo por retrospección, por selección, podemos decir que aquel día fue el día. El crítico instante que es siempre ahora, y aquí. Incluso ahora, en sórdidos pormenores podría aparecer el eterno designio.


T.S. Eliot, Murder in the Cathedral, 1935

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